Dios mío, ¿adónde vamos a llegar?
septiembre 17 de 2015
Casi desde que tengo uso de razón vengo oyendo frases prefabricadas, más o menos iguales, cuyo fondo es el mismo: que adónde vamos a llegar, que la pérdida de valores es la causa de que el mundo esté así, que qué tiempos aciagos los que vivimos. E invariablemente los culpables de la supuesta antesala de ese apocalipsis cada vez más cercano suelen ser personas más jóvenes que quienes emiten esas frases.
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